noviembre 12, 2004

Filo & La hija de canibal

Le cuento que acabo de terminar dos novelas con las que fui zapeando las dos últimas semanas: La hija del canibal de Rosa Montero y Filo de Sergio Olguín. Tienen algunas cosas en común, tanto que se me confundieron las historias en algún punto. Una en España y otra en Argentina pero en las dos mafiosos, chorros, policías corruptos, amores y desamores y sobre todo mujeres que ya no aman a sus maridos gordos y aburridos.

De Filo lo más lindo es todo lo que cuenta del ambiente universitario que, como usté sabe, es de lo que yo más prefiero y especialmente si de literar se trata. Pero está intersante, al menos porque ésta no la leí sino que la escuché según ese método secreto que me enseñaron los ninjas para pasar un libro a archivos mp3 y luego escucharlos en el discman. Además tiene algunas escenitas de sexo explícito bien contadas, por si le interesan.

Los dos son libros sobre edades, con protagonistas que ya no se cuecen en un hervor, pero en el de la Montero, se hace explícito, y se vuelve, por momentos, medio en serio medio en joda, casi de Almodovar, un relato filosófico de alguien que reflexiona sobre las carnes que se aflojan, las arrugas que aparecen y lo que significa llegar a viejo.

Creo que la Montero se equivocó al colocar capítulos intermedios con una historia anarquista que quizá hubiera debido ser un epílogo, algo aparte.

En fin, todo por hoy.