octubre 05, 2005

Perec x 2

Le cuento que estoy leyendo a Georges Perec, que es un sociólogo francés de los '60, que hizo de todo, desde anagramas hasta documentales de neurofisiología, y después se murió. El libro que me recomendaron encarecidamente es La vida instrucciones para su uso, pero como parece que está agotadísimo, terminé comprándome Las cosas y El secuestro.

El primero es una suerte de diatriba culta y sutil en contra de la sociedad de consumo, que me sorprendió porque a pesar de que tiene ya cuarenta años de antigüedad, suena de lo más moderna. Hay un par de "jóvenes bohemios" típicamente sixties que viven apretadísimos en un sucucho parisino, hacen encuestas (porque los trabajos de oficina son alienantes, usted sabe) y, sobre todo, sueñan todo el tiempo con ser ricos y poder demostrar lo bien que se desenvolverían en los altos círculos. El libro está bueno, pero si usted leyó American Psycho y se hartó de las listas interminables de marcas y objetos, olvídese de Las cosas porque, a pesar de que es mucho más corto, tiene un desfile listas que se la encargo. Y ni una sola motosierra.

Del otro, que todavía no terminé, no le voy a contar demasiado porque si no le va a pasar lo que a mí, que tuve la mala suerte de comprárselo a un librero de lengua floja que me reveló el Gran Truco del libro y me arruinó la sorpresa y, por ende, ahora no sé si el libro me aburre porque es aburrido o porque ya sé de qué la va. Por eso sólo le cuento que es una novela de misterio muy pero muy loca en la que cada vez que la cosa se encamina para algún lado, termina yendo para el otro y así estamos, llegando al final y en el medio de la nada. Lo que sí le aconsejo, si es que se le atreve y consigue la edición de Anagrama, es que bajo ningún concepto lea las hojas en letras rojas antes de terminar el libro: no tienen el mismo efecto que el librero buchón, pero casi.

Así que ya sabe, dése por advertido.