febrero 27, 2007

empecemos por algún lado

estoy segura de que alguna vez le hablé de Héctor Abad Faciolince, un colombiano que escribió un librito maravilloso que se llama Tratado de culinaria para mujeres tristes, del que tengo por ahí una reseña-comentario que capaz que vale la pena poner por acá, ya veremos.

bueno, en algún momento de todo este tiempo sin postear, tuve la oportunidad de leer otra novela del tipo este, Angosta, un hallazgo de mesa de ofertas de supermercado, porque la verdad es que a Héctor no se lo ve demasiado por las librerías, aunque ahora le publicaron un libro en el que escribe sobre el padre, creo. lo más raro es que Angosta está publicada en Buenos Aires y por Seix Barral, así que habrá que buscar un poco y capaz que aparece más, lo cual le aseguro que no puede ser nada malo.

le cuento un poco. Angosta es algo así como una ciudad estado que tiene una organización territorial y social sumamente jerarquizada y fascista. imagínese tres terrazas, en la más fría viven los ricos (la división social es cuestión netamente monetaria: el que tiene más de un millón es clase alta, sin que importe su raza, origen o religión), en la del medio, la templada, viven los masomenos y en la caliente viven los pobres. dice Héctor que "la geografía de Angosta es como la de la mujer (tierra fría de cimas nevadas, rosadas de aurora bóreal, tierra caliente, después de la cintura, la espuma del Salto de los desesperados, rodeada de bruma y arbustos)". por supuesto que los ricos pueden moverse libremente por Angosta, pero quién querría dejar el Paraíso para ir a visitar a los de abajo. en cambio, los de abajo necesitan salvoconductos otorgados por la tremenda burocracia para poder acceder a la parte alta de la ciudad, no ya a pasear, pero sí para poder ir a ocupar los puestos de trabajo del tipo recolector de basura o empleaducho necesarios para el funcionamiento de la cosa. esta organización en "pisos" se traslada también a un Hotel medio desvencijado de Tierra Templada donde transcurre gran parte de la historia, en donde los pisos más bajos están mejor mantenidos y son ocupados por los que pueden pagar más y los más altos son una especie de conventillo deplorable donde van a parar lo más pelagatos.

no le quepa duda de que Angosta tiene un gobierno típicamente dictatorial-latinoamericano, con milicos torturadores, desaparecidos, listas negras y una cascada, el Salto de los Desesperados, que es el último agujero del mundo, el punto en el que la tierra se come al río o el río se suicida, que es el lugar en el que el régimen lava sus trapos sucios y los suicidas se transforman en arbustos o piedras y después en árboles o pájaros.

¿le suena medio García Márquez? y sí, algo de eso hay, aunque menos metafórico pero sin perder el uso colorido y poético de las palabras en las descripciones y comparaciones. se ve que Faciolince admira a Gabo y a otros colombianos que no conozco, pero no les hace homenajes al estilo Bruno Morales, sino que los mete en el libro y los remarca como hitos turísticos: menciones hay por todos lados, los padres de una de las protagonistas emigraron de Macondo, se habla de los Buendía y todo llega al climax en un capítulo medio off topic en el que el protagonista, Jacobo Lince, un librero, tiene una charla sobre literatura colombiana en la que mencionan a todo el mundo, incluído "un tal Héctor Abad Faciolince".

este Jacobo es un tipo que pudiendo mudarse a la tierra alta, elige quedarse en la templada y esconder su condición de rico. Lince es lince, un donjuan que no quiere compromisos pero se curte a cuanta mina puede. y que por esas cosas de la historia se cruza con un pendejo casi escapado de su casa de milicos que es casi su contracara: un poeta romántico y tímido en busca del amor de su vida. a estos dos se les suma una pelirroja de tierras calientes y entre los tres van a terminar de héroes casi involuntarios, mártires en contra del régimen de Angosta.

hay dos cositas desde lo estríctamente técnico que me encantaron: primero, el uso de los tiempos verbales, que muchas veces suena raro pero nunca es al pedo. y segundo y más importante, la manera de presentar y describir los personajes: con asterisco que lleva a pie de página, donde se incluye datos filiales (edad, peso, contextura, rasgos) y características importantes del mismo, información tangente a la narración pero sumamente útil para cerrar a los personajes, incorporada sin cortar el hilo de la historia.

yo le recomiendo que cada vez que vaya al super y vea una mesa de libros, revuelva y trate de conseguir Angosta porque realmente está bueno. al menos, cómprelo para mí que lo tuve que devolver y le juro que me quedé con las ganas.

para que me crea, le dejo otra perlita que se suma a la que puse acá: "Al hablar iba poniendo signos de puntuación con sus gestos. La coma era un breve parpadeo; el punto y coma un lento alzar de cejas; el punto una sonrisa un poco más abierta. Esa sonrisa se esfumó de nuevo cuando emprendió la siguiente perorata; su manera de poner mayúsculas era tomar mucho aire para el primer impulso de sus labios:"